18 de febrero de 2014

EL VALOR DE LA JUSTICIA


Para analizar este tema, y a la vez contribuir a desarrollar los valores del pensamiento político en nuestra patria, en momentos que estamos lejos de las contiendas electorales, creemos que ello es posible considerando los siguientes interrogantes:

1. ¿Qué justicia realmente tenemos los argentinos?

2.  ¿Qué juicio de valor merece el sistema de justicia argentino?

3.  ¿Los jueces deben hacer política?

4.  ¿Qué justicia queremos los argentinos?

La Justicia que tenemos los argentinos está determinada jurídicamente en nuestra constitución nacional. Pero, ¿ese sistema se ha logrado totalmente alguna vez en los 160 años que lleva de vigencia, jurada mil veces por todos los gobiernos en “cumplir y hacerla cumplir”? Creemos que no.

Pero lo importante no es hoy ver lo sucedido en nuestra historia pasada (especialmente en los últimos 60 años), sino que teniendo en cuenta lo sucedido en épocas pasadas, podamos contribuir a construir nuestro futuro común.

Entonces queda así respondida claramente la primera pregunta: los argentinos queremos la vigencia total del sistema de justicia determinada en la Constitución. Los jueces no deben intervenir ni favorecer a ningún partido político. No queremos que nadie (políticos, empresarios, sindicalistas y jueces) la utilice para sus fines políticos o personales. Queremos que los políticos no reediten la pretensión de CFK para tenerla a su servicio, pero a la vez, tampoco queremos que la justicia sea un coto personal de los jueces (corporativismo).

Todos sabemos que el sistema jurídico argentino no tiene buena calificación por parte de los ciudadanos argentinos, ni a juicio de los extranjeros. Los juicios son engorrosos, largos incomprensiblemente, prescriben los términos procesales y la mayoría de los investigados por delitos quedan sobreseídos; etc. Veamos tres casos recientes, entre muchísimos otros:

a) la “valija de Antonini Wilson” con 800 mil dólares, durante la 1ra campaña de CFK. Casualmente pocos días después, es denunciado en EE UU un mismo caso también por el ingreso de dinero ilegal a ese país, desde Venezuela. En EE UU a los 6 meses se dictó sentencia final a los procesados, y aquí, aún no tiene solución; llevamos más de 6 años de proceso (¿hay decisión para condenar, o para dejar prescribir? ¿Son más inteligentes los abogados de EE UU, o quizás tengan mejor moral profesional, o tengan otras leyes?¿Hay control en la Justicia para que los jueces puedan detener una causa todo el tiempo que quieran?)

b)  El proceso de investigación por contrabando de armas a países asiáticos, durante el gobierno de Carlos Menen. Duró 13 años, y no pudieron encontrar ningún contrabandista. El país recibidor de los elementos reconoció que recibió el material, pero nuestra “justicia” no pudo verificar nada, y sobreseyó a todos. El caso no es sólo sospechoso, es realmente vergonzoso.

c)  Las empresas extranjeras tienen claro conocimiento del valor de la justicia argentina. Por ello Menen (1993) y Kirchner (2005) tuvieron que decretar le jurisdicción de la justicia de los EE UU en los casos de controversia por el pago de los bonos argentinos. En 2013 para que Chevrón firmara el contrato con YPF por Vaca Muerta, CFK tuvo que aceptar también la jurisdicción de la justicia de Nueva York, y la París para otros casos, a pesar de protestar por los “fondos buitres” que su esposo, tuvo que incluirla, o si no, no venían los dólares que se buscaban.

El sistema judicial argentino, es un sistema donde el ejercicio de los controles, como vemos, es totalmente ineficiente. No existe el control, y eso, en cualquier empresa o asociación, inevitablemente se llega siempre al fracaso total del sistema. Se deben corregir los defectos, manteniendo al personal no corrupto dentro del sistema de justicia. ¿Cómo? Acercamos las consideraciones más generales y contundentes:

a)  Suprimir la corporativización del sistema en primer término, para que haya justicia (interna) en la misma justicia, en contra de las “trenzas” formadas y mantenidas políticamente desde hace muchos años a esta parte, para asegurar su independencia de cualquier partido político. Ningún juez debe hacer política desde sus funciones.

b)  Montar un sistema de control efectivo de todas las causas judiciales dentro del mismo sistema judicial pero con personal con vocación de servicio, para asumir sus responsabilidades, y evitar que los jueces impunemente cajoneen juicios a su total arbitrio, sin que nadie pueda decir nada, y sin que a nadie le importe los perjuicios que ocasionan con esa desaprensión. Hoy hay muchísimos medios técnicos que los países más avanzados los disponen. Por ejemplo, que permiten a todos los jueces inter-consultar (sin modificar) las causas de otros jueces, ahorrando semanas inútiles de papeleos o copiados que no agregan nada a favor de nadie, salvo para los “influyentes”; causas por las que su suspenden las investigaciones, etc.

c)  El Congreso Nacional debe dejar de ser una escribanía de turno al servicio del PEN, y asumir su total responsabilidad. Es el único poder del estado con competencia para suprimir leyes, modificar sistemas y destituir a miembros de los otros poderes y a los suyos propios. Ese poder es el que representa al pueblo y a las provincias. Pero carece de la responsabilidad mínima para satisfacer su función específica, desde hace mucho tiempo. Por eso venimos y andamos muy mal. El Congreso actúa como un “empleado eficiente” para instrumentar y satisfacer las necesidades políticas del PEN, olvidándose del pueblo que lo eligió y del juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional.

Si el sistema judicial argentino fuera eficiente, habría paz y seguridad jurídica en nuestra patria, condiciones básicas para que sus ciudadanos y la economía, tengan la oportunidad de pensar en acciones y proyectos de largos plazos.

Las políticas de estado no se imponen, se coordinan los pensamientos y valores en juego. Pero ello es posible solamente si hay paz y orden. No se puede trabajar en medio de odios y de la corrupción del sistema político.

Sin Justicia no hay paz en ninguna parte del mundo. Y sin paz no hay futuro en ninguna parte del mundo también. Todos pierden: los que incitan al desorden y los que callan.

Dejamos constancia que este tema no lo quieren discutir ninguno de los partidos políticos vigentes en nuestro país, a pesar de su importancia fundamental. Los mismos jueces y abogados del sistema judicial, comparten estos conceptos y esperanzas ciertas. Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato? Creemos que esto lo podrán hacer solamente algunos políticos que tengan un gran prestigio personal y sean respetados por todos los partidos políticos.

Los argentinos debemos seguir soñando con nuestra democracia, nuestra república y nuestra constitución.

Nosotros buscamos que Ud se convenza de la necesidad de tener principios y valores, que entre todos busquemos no volver a votar a ladrones y corruptos porque con nuestro voto le damos un gran poder, en contra nuestra. Nosotros somos “el pueblo”, no los corruptos.


JULIO  P.   LOBATO
Presidente de CRUX ONG

GUSTAVO DE BIANCHETTI

Ing Secretario CRUX ONG

13 de febrero de 2014

LA IDENTIDAD


Jesús dijo a sus Apóstoles: “somos la luz del mundo que brilla en una montaña”, antes de mandarlos a evangelizar. Con esas palabras les concedió identidad pública, hace 2000 años.

Si ese mismo concepto lo queremos aplicar para analizar nuestra identidad como argentinos en el mundo de hoy, indudablemente no es verdad. Nos falta luz, y moral. Para el mundo exterior la Argentina tiene un escaso valor,  cercano al “cero”.

En nuestro mundo interior, también andamos pésimamente tendiendo hacia el cero, porque nuestros líderes políticos (el 90 %) no atinan a trabajar en conjunto porque dejan primar sus intereses personales. No creemos que sean incapaces, pero sí son irresponsables. Les gusta trabajar de apuro y con parches, no con planes ni programas para un largo plazo.

Todos saben que andamos muy mal por falta de liderazgo político, y que nuestra economía no anda bien pero que puede corregirse si fuesen racionales y no emplearan métodos perimidos y fracasados en el mundo entero, y en nuestro país, más de una vez.

¿Qué esperan para asumir todos al unísono, dentro de la constitución, sus responsabilidades de líderes de los pueblos, y comenzar a encontrar un camino de superación y salida? ¿Cuántos más sacrificios debemos sufrir todos? ¿Y para qué?

Estas mismas palabras fueron las empleadas en Febrero de 1976 por el Dr Ricardo Balbín cuando conversó con el General Rafael Videla. En aquél entonces nadie tenía un plan. Los militares tomaron el poder pero carecían de plan de gobierno alguno. ¡Así nos fue, a todos! Debemos aprender del fracaso. No debemos repetir ningún fracaso.

Hoy: los que se van y no terminan de irse, no quieren hacer algo racional para conveniencia de la patria. Los opositores, sin planes ni convergencia programática alguna, solamente esperan la oportunidad para que por una casualidad les toque el turno. En el medio está el pueblo, que mira azorado  y preocupado. ¿Quién piensa en él? ¿Por qué debemos votar a personas que no nos representan porque cuando llegan al poder, se olvidan del pueblo?

La última vez, todos los políticos les echaron la culpa a los militares, y les perdonaron a los subversivos. Pero ahora ¿de quién será la culpa de la irresponsabilidad? Aquellos ya no están en el poder, y éstos últimos, están en todos los gobiernos.

Conclusión: Hoy no sabemos a quién votaremos, pero sí podemos ahora tomar la decisión parcial de:

1)  NO VOTAR A CORRUPTOS  NI A OPORTUNISTAS, PORQUE CON NUESTRO VOTO LES DAMOS MUCHÍSIMO PODER.

2)  DEBEMOS OXIGENAR LOS GOBIERNOS CAMBIANDO A TODOS LOS QUE ESTÁN DESDE HACE TIEMPO, REEMPLAZÁNDOLOS POR NUEVOS PARA CONOCER MEJORES.

3)  PEDIR EL VOTO ELECTRÓNICO PARA TODO TIPO DE COMICIO.

JULIO P. LOBATO
Presidente de CRUX ONG

GUSTAVO DE BIANCHETTI
Ing Secretario CRUX ONG



28 de enero de 2014

LA IMPORTANCIA DE LOS VALORES

Hace poco tiempo asistimos al caso en que un funcionario federal aceptó “regalos” de empresarios a quienes debía controlarlos. No es el único que lo ha hecho Pensemos un instante al respecto.

Al aceptar un regalo personal o de una empresa comercial con idéntico fin, se acepta un compromiso y se establece una relación entre quien da y quien recibe.

Cuando una joven acepta un anillo de compromiso por parte de su novio, se siente feliz de asumir el compromiso para profundizar esa relación, y seguir más adelante ambos, con igual e idéntico interés pero desde ahora, todo en común.

Por ello, cuando una persona recibe un “regalo” de un empresario o político, contrae una obligación con el donante, aunque la niegue profusamente (aunque nadie lo creerá), porque así es la realidad desde hace muchos siglos  a esta parte, tanto en el mundo occidental como en el oriental.

Cuando se aceptan y, aún peor, si se buscan, venden o compran privilegios, se resigna un espacio voluntariamente y se contraen obligaciones mutuas. Aunque no quede nada escrito al respecto. Esto si sucediera entre un funcionario y un empresario o dirigente político, es entonces: inmoral (no es ético), es inconstitucional e ilegal (vulnera leyes vigentes), por lo cual deben ser sancionadas ambas partes (el que ofrece y el que acepta. Ojo: nuestras leyes no están adecuadas para esto).

Hay personajes del poder político, económico y social que saben manejar muy bien esta realidad tan dura. Las explicaciones posteriores no son creíbles por más encumbrado que fuere el funcionario, político o empresario,  que brinde algún tipo de “explicaciones” a lo no explicable ni justificable.

Es como ponerles precio a las personas, considerándolas como estúpidas para hacerles creer su “relato”.

Así está funcionando nuestro mundo local. Y así quisieran los dueños del mundo que funcionáramos todos; sin embargo, las personas de corazón recto se rebelan. ¡Siempre ha sido así en todas las épocas!

El Bien Común se busca, se construye y se maneja de otra forma totalmente distinta: con ética, y dentro de todas las leyes vigentes, aplicadas en forma racional y no forzando las interpretaciones o situaciones. El mundo moderno de hoy está funcionando en otra forma, no con la “viveza criolla” que nos atrasa, nos denigra, nos empobrece y nos embrutece política, económica y socialmente.

Nuestros ciudadanos triunfan en el exterior trabajando individualmente y/o formando parte de equipos de trabajos, dirigidos por personas racionales. Esas mismas personas, trabajando en nuestro país, no pueden integrarse para trabajar en equipo. ¿Es un maleficio? ¿Acaso no sucede así con deportistas, médicos, religiosos, abogados, arquitectos, ingenieros, músicos, etc que están fuera del país individualmente? Pongamos nombres.

Si a esto le sumamos el aislamiento internacional, los escándalos de corrupción interna y los intentos para estafar a otros países, el involucramiento de los militares en la política interna del país, además del incremento de la pobreza y de la marginalidad en un contexto de creciente desconfianza, el pesimismo, la recesión económica a pesar de los múltiples parches por falta de profesionalidad, los constantes episodios de violencia e incertidumbre de corto y de mediano plazo, realmente nos encontramos en una cámara de compresión, que puede estallar en algún momento. ¿Pero, no podríamos evitarlo?

Creemos que el actual gobierno federal no sabe cómo salir de la crisis que él mismo provocó. Tampoco los actuales gobernadores, que siempre son Más de lo Mismo, desde hace 60 años; ellos manejan feudos, no provincias ¿tienen leyes?

En 1904 Albert Einstein, respondiendo a preguntas sobre la no compatibilización de su Teoría de la Relatividad con la Física tradicional, dijo: “si con las mismas personas y con los mismos métodos, ustedes creen que podrían encontrar o producir algo distinto, están totalmente equivocados. Se necesita ver algo distinto. La realidad es una sola”.

Tomando ese criterio, podemos decir: Aquí y ahora, también es cierta esa afirmación.

Pero recordemos además:

1.  Unos 60 años atrás, J D Perón cambió el orden de prioridad de la ecuación filosófica: ¿Qué es primero: la obligación o el derecho? Si no se tiene la obligación de trabajar en una empresa A (ya sea estatal o privada), no se tiene el derecho a cobrar algo como honorario o sueldo. Esto es legal y racional.

     Pero considerando la prioridad al revés: se tienen a los piqueteros actuales, quienes sin trabajar exigen el derecho de percibir un “subsidio” quitándosele a otro que sí lo produjo, y no se lo entregaron, porque el estado se lo apropió ilegalmente para sostener a “sus esclavos políticos” mediante el populismo.

     Desde hacen 10 años que esos piqueteros (y empresas) reciben subsidios, que no mejoraron su situación económica. Pero sí sabemos que se empobreció nuestro país en forma uniforme. Eso es «lo que hace el marxismo: reparte por igual la pobreza porque no sabe construir riqueza» (Winston Churchil, y años después, Juan Pablo II).

2.  Hace 10 años N Kirchner convirtió un delito en un derecho. Cortar una vía de comunicación pública es un delito aún hoy, pero él lo transformó en un derecho no escrito, al decidir “no reprimiré las manifestaciones sociales”. Hoy los habitantes de la Ciudad de Bs As tienen amplia experiencia que cualquiera corta una calle, y no pasa nada legalmente.

3.  En  ambas situaciones, hemos tenidos todo el sistema político, judicial y legislativo en pleno funcionamiento legal, pero nadie dijo nada ni hizo nada, en esos entonces.


Todos los administradores de las provincias y de la nación prometen obras, que luego por falta de empuje político y/o de financiación no se realizan (Represa Cepernic, Represa Kirchner?, y tantos otros, por la dilapidación de verdaderas fortunas en ….). Ellos lo saben de antemano, pero prometen “relatos a sabiendas”. Así eluden resolver problemas reales y confunden los términos Constitución con Feudo. Ambos conceptos tienen caminos y fines totalmente distintos.

No se trata de proponer cortar el Nudo Gordiano que tenemos hoy, de  un solo hachazo. Es necesario que la gente honesta, profesional competente  y sin antecedentes penales, nos reunamos alrededor de dirigentes que no se crean “iluminados”, para construir entre todos nuestro futuro común.

Creemos que es muy posible que estemos muy próximos a reveer esto, dentro de los cauces legales y constitucionales. Tengamos ya la determinación clara de nuestro pensamiento y sentido de responsabilidad, aunque todavía no sepamos hoy a quién lo vamos a votar.

Demos desde ahora un único paso firme para nuestro futuro común, adoptando la determinación que se propone, de:

No votaremos a ladrones ni a hipócritas, a quienes con nuestro voto le otorgaremos el poder público, sino sólo a gente honesta y capaz con ganas de sostener la Democracia y la Constitución”.

JULIO P LOBATO
Presidente de CRUX ONG

GUSTAVO DE BIANCHETTI

Ing Secretario CRUX ONG

2 de enero de 2014

CEACESCU Y CRISTINA


Esta publicación fue presentada por un colaborador de CRUX ONG cuyos datos nos reservamos institucionalmente. Los hechos relatados son totalmente reales, ocurridos en los lugares y fechas mencionados.

CEACESCU Y CRISTINA
Nicolae Ceausescu - llamado “El Danubio Azul del socialismo” - fue un político que se instaló en el poder en Rumania en el año 1967 hasta su destitución en 1989. Su final fue trágico.
Siendo secretario general de Partido Comunista de su país asumió el gobierno en 1967, y su primer período estuvo marcado por una sorprendente apertura con Europa Occidental y USA, apartándose del Pacto de Varsovia. Así se convirtió en una persona admirada gracias a su solemne populismo y a su política soberana “que entrampó a los rumanos”. Incluso, hasta llegó a desafiar la influencia del comunismo ruso dentro de su territorio.
Pero en la segunda parte de su administración las cosas cambiaron. Su régimen se hizo cada vez más violento y represivo. Implantó un maniático culto a su personalidad para exhibir su poder “y se aferró a sus discursos por la cadena oficial” (¿tenía un “atril”?) exaltando un excesivo y tenebroso sistema nacionalista, ahora similar a la ex Unión Soviética, y un enorme deterioro de las relaciones externas desarrolladas hasta ese momento.
Comenzó otro Ceaucescu: un implacable dictador, que con el tiempo aplicó “un enérgico y total control sobre la libertad de expresión y los medios de comunicación independientes”, e ignoró por completo el diálogo; para él “la oposición no existía”. Influenciado por la arrogancia de su esposa Elena,  hizo construir un castillo exclusivamente para saciar las locuras de esa mujer, “y solo escuchó a un grupo reducido de siniestros colaboradores” (también ¿existió “la Cámpora” o similar?).
Aplicó un cerrojo despiadado sobre la economía y se negó terminantemente a poner en práctica la apertura de los mercados. Al poco tiempo el sistema comenzó a desestabilizarse.
Promulgó en forma unilateral un programa de sistematización edilicia (casas para todos) como una forma de construir una sociedad “justa y socialista” (populista). El programa de construcción y reubicación de viviendas se extendió rápidamente en toda Rumania, para concluir con el intento de remodelar completamente la capital. Construyó además el colosal Palacio de Bucarest que actualmente ocupa el parlamento, siendo en esa época el edificio más grande del mundo, después del Pentágono (EE UU).
Luego, para pagar semejante deuda acumulada, producto de estos gigantescos despilfarros en supuestas mega obras innecesarias, en derroches y subsidios de toda clase - llamado industrialización (década ganada) - recurrió sin piedad a las fuentes de ingreso del sector agropecuario aplicando fuertes impuestos distorsivos a la actividad y ordenando la exportación (¿soja?) de los principales productos agrícolas e industriales del país.
Los resultados no se hicieron esperar, apareció de inmediato el ahogo al sector rural, y como contrapartida la escasez de alimentos (¿trigo?); también la falta de medicamentos, el fuerte aumento inflacionario, y una pavorosa escasez de energía que hicieron estragos. Esto provocó un gran  malestar en la sociedad que comenzó a expresar su furia, ya que la vida pasó a ser una lucha diaria por la subsistencia. (Ayer Rumania, Hoy Venezuela, ¿mañana Argentina?).
Afloraron en esa nación toda clase de protestas contra las “decisiones descabelladas” de Ceausescu, que agitaban un clima de violencia y disconformidad traducido en grandes manifestaciones de descontento (¿cacerolazos?), hasta que un día en la ciudad de Timisoara surgió un fuerte estallido social (¿en la década ganada?). Exasperado, éste ordenó al ejército y la “Securitate” (cuerpo policial del régimen) reprimir violentamente con armas de fuego ese levantamiento.
La rebelión se extendió en muchas localidades y no tardó en llegar a la Capital Bucarest, donde finalmente las fuerzas de seguridad, también apremiadas por la crisis, se avinieron con los manifestantes. El mismo martirio de los ciudadanos comunes era su propio calvario.
Ese día Ceausescu, su esposa y dos colaboradores huyeron en un helicóptero desde la Capital hasta su residencia en Snagov. Desde ahí volvieron a partir en esa misma aeronave para fugarse definitivamente, pero la policía secreta los obligó a aterrizar forzosamente ya que las fuerzas armadas habían restringido los vuelos en todo el espacio aéreo. Era su final.
Después de ejercer a su antojo el poder absoluto durante más de 24 años, esa anarquía siniestra se precipitó definitivamente. Ceausescu y su esposa fueron juzgados. En el banquillo “estaban incómodos y visiblemente derrotados”, sentados uno al lado del otro esperando el veredicto. En la Navidad del año 1989 fueron condenados en un juicio sumarísimo bajo los cargos de «genocidio, daños a la economía (¿nacional y popular?), crecimiento injustificado de su patrimonio (1000 % en 10 años ¿Recibieron el Premio Nobel de economía?), y uso del poder en beneficio propio» (¿Justicia legítima?). Así terminaba aquel suplicio Rumano.
Para calmar la furia de la población, algunas escenas de ese acontecimiento judicial fueron emitidas por la cadena de la televisión oficial, que rápidamente se puso del lado de la rebelión ciudadana, ofreciendo sus estudios para difundir con entusiasmo los nuevos pregones de libertad en pos de una nueva Nación. “Los mismos periodistas obsecuentes” (¿6,7,8?) que defendían al dictador y su gobierno, ahora anunciaban su abatido final.
Rumania estaba saturada de las locuras de un déspota que se creyó un Rey intocable. Sus demencias desataron la ira de una sociedad hastiada de tanta corrupción, opresión y tanta barbarie.
Hay una dolorosa similitud entre la infame tradición de esos tiranos, con demasiadas actitudes hostiles y arbitrarias del actual gobierno argentino que se creyó invencible y eterno, y que se reflejan en el espejo de la dolorosa historia Rumana. Solo basta hacer la fatídica comparación.
Después de una larga década, la administración de Cristina Kirchner no tiene rumbo ni planes. Este descalabro que construyó, con corruptos, obsecuentes, delincuentes “y demás actores destacados que integran el staff del modelo exitoso”, nos deja expuestos a un temible caos, que se hace necesario y urgente solucionar para que Argentina no termine como Rumania. La caldera está en ebullición y es más que necesario enfriarla, pero legalmente.
Las tarifas para todos, el futbol para todos, y todas las estupideces creadas para todos, ahora harán eclosión en todos nosotros sin distinción alguna. Los cortes de luz de todos los días, la escasez de alimentos y la inflación incontrolable agitan aún más esa hoguera para todos.
Entre tantas cosas conflictivas, la década perdida, para ellos “ganada”, ha multiplicado la pobreza y deja la economía en un estado de desastre.
Los Kirchner no son Ceausescu, pero su forma de proceder se asemeja bastante.
Nota. Este trabajo no relata los innumerables esfuerzos realizados por el pueblo posteriormente, para corregir tamaño descalabro desarrollado durante muchos años. Rumania salió adelante con políticos nuevos, con buenos antecedentes profesionales y sin prontuarios policiales, no con los trepadores y no profesionales locales de siempre.

¿Será posible para nosotros? Esperamos sus consideraciones